El nuevo secretario de Minería reinicia con los empresarios una agenda ya conocida
La minería argentina siempre es considerada un motor de la recuperación económica, cualquiera sea el gobierno de turno, con la expectativa de profundizar producción y exportaciones de la mano de nuevos proyectos que se están poniendo en marcha y, no menos importante, con un balance neto de divisas históricamente positivo que reflejan el aporte que pueden darle a la macroeconomía.
Pero la concreción de su potencial sigue lejos. Con apenas US$ 4000 millones en exportaciones anuales, el sector genera 10 veces menos divisas que lo que hace en Chile que cerró 2023 con ingresos por US$41.700 millones o Perú con US$ 39.600, compartiendo la misma Cordillera y los mismos recursos, por lo que el desafío ya es largamente conocido por todos sus actores.
La llegada del nuevo secretario de Minería, Luis Lucero, para ocupar un espacio que quedó vacante hace casi dos meses por la renunciante Flavia Royon, reabre el diálogo y las expectativas de la industria del sector en un contexto de política económica que promete cumplir con una apertura y normalización del mercado minero, acorde a la expectativa de las inversiones externas.
El primer contacto formal de Lucero con los representantes de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (Caem), encabezadas por su presidente Roberto Cacciola, se dará este jueves en una reunión acordada como punto de partida de una nueva relación de diálogo que permita desandar la amplia agenda de temas que involucran también a las provincias dueñas de los recursos.
Fuentes del sector privado, a las que consultó Mejor Energía, vienen explicando ante la renovada expectativa que lo que se espera son “cambios macroeconómicos y seguridad jurídica que generen las condiciones adecuadas para las inversiones millonarias que requiere el desarrollo de la cartera de proyectos que tiene la Argentina en litio, cobre, oro y plata”, por citar los de mayor envergadura y potencial.
Luis Lucero, el flamante secretario de Minería de la Nación.
Desde el sector privado se considera que las prioridades vienen vinculadas con las medidas que el Gobierno ya de forma global ha definido como importantes y que empezó a volcar en el DNU 70, el proyecto de Ley de Bases que buscará una nueva instancia de debate en el Congreso y en su convocatoria al Pacto del 25 de Mayo que extendió a los gobernadores.
Las fuentes contactadas por Mejor Energía entienden que en la acción coordinada de las provincias, la Nación y el sector empresario se podrá iniciar el camino para que la minería definitivamente se ponga en marcha, con un impulso no solo a los proyectos de litio que es la nueva estrella en el marco de la transición energética local, sino que se extiende al portfolio de proyectos de cobre, a la minería del oro, de la plata y de la tercera categoría como se conoce a los materiales de construcción y ornamento.
Con este objetivo bien definido que permitirá multiplicar los actuales 34.000 puestos de trabajo formales directos -la mayor cifra de la historia reciente del sector minero- y los 80.000 empleos contando los indirectos, la discusión dura se dará en las condiciones adecuadas para lograr las metas de producción y exportaciones para finales de la década.
Un capítulo que se considera clave es el respeto de la Ley de Inversiones Mineras que desde mediados de los 90 prometió 30 años de estabilidad fiscal, cambiaria y aduanera para cada nuevo proyecto que decidiera invertir en el país, y que a pesar de que sólo se pudo complir en pocos momentos de la historia reciente permitió la concreción de los mayores proyectos mineros con que cuenta la industria nacional.
Esa experiencia demostró que la minería genera puestos de trabajo bien pagos y siempre en un marco de formalidad, arraigo local, desarrollo federal con la generación de la mayor parte de las divisas que reciben las provincias productoras y que además permita apalancar el entramado industrial, científico y tecnológico, lo que justifica ser considerada palanca de desarrollo del Siglo XXI.
Al contexto normativo, la industria suma la necesidad de contar con un tipo de cambio competitivo en forma permanente que permita el equilibrio con los mercados regionales, facilitar y agilizar la necesidad de importación de insumos y equipos que no se producen en el país requeridos para la producción, liberar el acceso al mercado único libre de cambio teniendo en cuenta que el sector de cada 10 dólares que exporta, sólo importa por dos dólares.
Pero así como el Pacto del 25 de Mayo propone puntos como la inviolabilidad de la propiedad privada, una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país, una reforma laboral moderna y la apertura al comercio internacional, para el empresariado se destaca como “fundamental” poder avanzar en uno de los proyectos que impulsa el Gobierno para crear el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).
Las empresas pedirán cambios macroeconómicos y seguridad jurídica para invertir en proyectos de litio, cobre, oro y plata.
Las fuentes le señalaron a Mejor Energía que entienden que podría transformarse en una herramienta esencial para concretar las inversiones necesarias para poner en marcha en corto plazo la construcción de proyectos avanzados, particularmente, en litio y cobre que podrían generar exportaciones hacia fines de la década por sobre los US$ 25.000 millones, tan solo con la puesta en marcha de un puñado de iniciativas de reconocimiento internacional.
Así como la falta de autoridad durante casi dos meses es considerado un ruido político que se percibe en el inversor, no es menos ratificar la licencia social que la minería cuenta en provincias como Salta, Jujuy, Catamarca, Santa Cruz y San Juan, donde la industria demostró el aporte económico y social de llevar adelante una actividad también sustentable en lo ambiental.
Esa conciencia de cercanía y respeto por las comunidades locales y la creciente participación ciudadana contribuyeron al rápido desarrollo de una veintena de proyectos de litio -3 ya en producción y otros 8 en construcción- y que podrá replicarse en los 4 o 5 mega proyectos de cobre, que también han empezado a verse vinculados con su un papel fundamental en la electromovilidad, la transición energética y la posibilidad de tener menos emisiones.
La imagen de la minería en la población en general se transformó en los últimos años, y se convirtió en un capital que se debe aprovechar y extender a otros grandes proyectos muy demorados como el mega yacimiento de plata Navidad, en la meseta central de Chubut, el más grande del mundo que podría entrar en etapa de producción pero que por definición propia y legítima los habitantes de la región le dijeron que no.
La cooperación internacional también será clave para la atracción de inversiones, tal como así se lo identificó en el Memorándum de Entendimiento celebrado recientemente entre la Unión Europea y la Argentina, para establecer una asociación estratégica sobre cadenas de valor sostenibles de materias primas que apoyan la transición a la energía limpia y la transición digital como el litio y el cobre, pero también cobalto, níquel, vanadio, boro, metal de titanio, elementos de tierras raras, entre otros minerales.
Es en este contexto de oportunidad única de aprovechamiento del potencial productivo de la minería, se requiere garantizar las condiciones para que se produzcan y se sostengan las inversiones, en particular previsibilidad en el marco de política cambiaria y tributaria, y fundamentalmente, el efectivo cumplimiento de la Ley de Inversiones Mineras.
Fuente: mejorenergia.com.ar