Cuáles son las urgencias de la minería

Según el Foro Económico Mundial, el sector será fundamental para la transición energética, pero deberá aumentar considerablemente su producción.
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Por Carla Barbuto

La minería se ganó un nuevo protagonismo en el marco de la transición energética global. Y en este contexto, la realidad es que las empresas mineras tienen que ir más allá de lo que se espera de ellas para que el mundo gane la carrera hacia una economía de emisiones netas cero.

En este camino de transición, hay minerales críticos. El cobalto, el litio y el cobre son materiales que se utilizan en las baterías; las turbinas eólicas, los paneles solares y las plantas geotérmicas se fabrican en gran parte con acero, que depende de la extracción y el procesamiento del hierro; y la lista continúa.

De hecho, para producir todos los vehículos eléctricos y las unidades de almacenamiento en batería necesarios para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, se prevé un aumento de la demanda de 12,2 millones de toneladas de minerales de transición energética entre 2020 y 2040.

La International Energy Agency (AIE) prevé que, en 2030, las minas existentes y las que están en construcción producirán sólo la mitad del cobalto y el litio y alrededor del 80% del cobre necesarios. Los países, la mayoría de ellos africanos, tendrán dificultades para satisfacer una demanda desorbitada, y cuando la oferta se agota, la calidad de los materiales también suele resentirse. La ley media del cobre viable, por ejemplo, es del 0,5-2,0% por tonelada, cuando en 1900 era del 4%.

Evitar el déficit

En este punto, desde el Foro Económico Mundial (FEM) alertan que la clave es evitar un déficit de minerales críticos. “La dependencia de unas pocas regiones específicas para abastecer al mundo de estos productos conlleva un riesgo natural. Las cantidades de minerales y metales necesarios para la transición energética son finitas en cualquier lugar, y algunos productos son mucho más escasos que otros”, agrega.

En la actualidad, la inmensa mayoría de las materias primas esenciales para la producción de vehículos eléctricos procede de África. El continente concentra casi la mitad de las reservas mundiales de cobalto y manganeso. El año pasado, el 70% del cobalto mundial se produjo en la República Democrática del Congo.

Además, un gran número de zonas importantes para la minería en países como Zambia, Mali o Kenia luchan contra un suministro de agua y electricidad poco fiable, así como contra realidades políticas complejas. Estos factores repercuten directamente en la cadena de valor. “La seguridad y la estabilidad de las cadenas mundiales de suministro de materias primas críticas no pueden garantizarse sin una cartera diversificada de naciones productoras”, plantea el FEM.

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¿Empresa quijotesca?

La situación es lineal, la industria minera se enfrenta a un reto: cómo aumentar la extracción de materias primas críticas hasta los volúmenes históricos necesarios y evitar al mismo tiempo la sobreexplotación regional. “Ahí reside la oportunidad de que el sector se replantee los perímetros de sus operaciones. Si la industria se compromete a aventurarse en las zonas inexploradas del mundo, las llamadas ‘jurisdicciones de alto riesgo’, encontraremos los materiales que el mundo necesita desesperadamente”, afirma el FEM.

En este punto, el organismo menciona a nuestro país como “con potencial para explorar”. “No se trata de una empresa quijotesca. Los mercados emergentes están mostrando un potencial increíble para la minería: Kenia acaba de descubrir yacimientos de coltán. Indonesia anunció el descubrimiento de grandes reservas de litio a finales del año pasado. Argentina, un país con un potencial geológico sin explotar, sigue a la espera de esfuerzos de exploración concertados”.

Las ironías del contexto

“En la actualidad, el sector minero está peligrosamente subfinanciado. No se destina suficiente capital a la adquisición y despliegue de nuevas tecnologías. La reticencia a invertir en minería puede ralentizar la transición energética. La capitalización bursátil de Apple casi duplica la de las 50 principales empresas mineras cotizadas. Irónico, quizá, dado que la industria electrónica se nutre de metales y minerales que las empresas mineras extraen del subsuelo”, expone el foro.

Según el informe, para que las empresas mineras entren en la nueva era de la exploración de minerales y el aumento de la producción, deben estar equipadas con tecnología innovadora y mano de obra cualificada, y ambas cosas dependen de la inversión. “Pero quizá lo más importante sea que la opinión pública comprenda mejor el papel de la industria minera en el futuro de la sostenibilidad”, alertan los especialistas del FEM.

Y concluye el informe con una realidad a voces: “Dado que los proyectos mineros tardan una media de 10 a 15 años en desarrollarse, necesitamos realizar estos cambios".

Fuente: mase.lmneuquen.com

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