Latorre: "Hay una mayoría silenciosa que tolera la minería"

En una entrevista con Alejandro Gamero en Mendoza Post, la actual ministra de Energía y Ambiente de la provincia, Jimena Latorre, enfatizó en la necesidad de aumentar la matriz productiva de la provincia e hizo un balance sobre la actualidad de la minería y el petróleo.
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LA ENTREVISTA

ALEJANDRO GAMERO

Es sabido que para que una economía pueda ampliar su matriz productiva necesita ampliar la fuente que la hace funcionar y desarrollarse: su matriz energética.

La matriz energética es clave en estos tiempos para el crecimiento de Mendoza por diversas razones: primero, porque la provincia tendría la materia prima para producirla; segundo, porque su producción ha generado y genera una gran polémica pública; y tercero, porque Mendoza está urgida en ampliar su matriz productiva.

El fracking para obtener petróleo de la lengua mendocina de Vaca Muerta, la minería metalífera para extraer cobre de nuestras montañas y los frustrados proyectos hidroeléctricos, han estado, con gran confrontación, en el centro del debate provincial en los últimos 20 años.

Jimena Latorre, ex presidenta del EPRE (Ente Provincial Regulador Eléctrico) y ex diputada nacional, tiene la tarea de transformar esas fuentes de energía en el combustible que relance a la provincia.

En una entrevista con Mendoza Post, puso en duda la existencia de una mayoría anti minera en Mendoza, destacó cuáles serán las prioridades de su gestión y si volveremos a ser o no una potencia petrolera.

- En los últimos años se ha hablado mucho de ver cómo ampliar la matriz productiva a partir de la energía. Hay dos puntos centrales, que es ver cómo avanzar en la explotación minera, donde se pueda dentro de la 7722 y el tema Vaca Muerta. ¿Qué expectativas hay sobre eso?  

- Creo que tenemos que diferenciar lo que tenemos, dónde estamos y hacia dónde queremos ir para trazar una política energética, para avanzar en la diversificación de la matriz energética, que conlleva la ampliación de la matriz productiva, en el sentido de poder ser generadores y productores. Cuando hablo de productores me refiero a la minería y cuando hablo de generadores, a la energía, en otras actividades o en otras formas de explotar estos recursos que no son las que actualmente tenemos en desarrollo.

En materia hidrocarburífera Mendoza ha tenido importantísimos antecedentes en la explotación de petróleo convencional. En cuanto al petróleo no convencional y en particular a la lengua mendocina de Vaca Muerta, hay que tener en cuenta que la formación de Vaca Muerta se viene explotando desde Neuquén hacia el norte.

Esta explotación de Vaca Muerta en territorio mendocino requería primero de una exploración, que es distinta a la exploración del convencional. Porque en el petróleo no convencional, como lo es el de Vaca Muerta, se hacen las perforaciones y se hace la fractura, y esa fractura que se hizo hace 15 días o 20 días, va a tener resultados respecto de que se puede encontrar, la disponibilidad, que hay en esa formación y lo que podría rendir.

Todavía estamos sin novedades de la empresa que lo hizo, que es YPF. En los próximos días tendríamos que tener resultados respecto del petróleo que sacaron, de la calidad, de las propiedades y de la formación.

Pero, además, YPF tiene que hacer sus estudios sobre el flujo y la rentabilidad que podría generar para definir los costos y el nivel de inversión que ameritaría para explotar Vaca Muerta. Así que, estamos muy expectantes con eso.

- ¿Cuál es la reserva de petróleo convencional que tiene Mendoza para rescatar? ¿Es mucho o poco?

- Nosotros tenemos dos cuencas: Mendoza Norte que es la cuenca cuyana, y Mendoza Sur que es la cuenca neuquina. Si preguntás cuánto, hoy solo puedo decir que hay áreas más grandes, áreas más chicas, áreas con mayor o potencial o de mayores reservas.

Muchas de estas han estado mucho tiempo en un limbo. No ha habido abandono de pozo, pero tampoco se han hecho las inversiones ni se han explotado, entonces hay que verificar que efectivamente esos pozos están para abandonarse o no, o para hacer trabajos de recupero y que se puedan seguir explotando. Y también tenemos áreas para explorar.

- ¿Y la minería?

- En cuanto a la minería, venimos de un letargo importante en la materia, después de haber sido una provincia que tuvo, inclusive, minería metalífera hace muchísimos años.

Creo que también hay una cuestión sociocultural alrededor de una mitificación en contra de la minería, sin importar en contra de qué ni el cómo. No hay un planteo de cómo explotar sí o no.

Pero la ventana de oportunidad o el punto de inflexión que yo veo que se está generando, es que más allá de las minorías ruidosas, que las hay en todos los aspectos, ahora hay una gran mayoría más tranquila o silenciosa que tolera o acepta la minería, siempre y cuando se cumplan con los recaudos ambientales.

Y hay otra parte de la sociedad que no solo está dispuesta a tolerarla, sino que además está pidiendo una ampliación de la matriz productiva en Mendoza, y en ese sentido, también de la producción minera.

Hay que aclarar que estoy hablando de la minería metalífera, porque hoy por hoy, minería se hace en Mendoza, pero es la minería de tercera categoría, que es la explotación de áridos y el yeso.

Y acá hay una postura bastante hipócrita en la vara o el juicio de algunos extremistas, que no exigen los mismos controles ni tienen los mismos pruritos respecto de la minería metalífera que respecto de otros tipos de actividades, que también son extractivas y que también generan impacto ambiental.

Entonces, no digo que tenga que ser una mejor que la otra o una más controlada que la otra. Los criterios de control tienen que ser exactamente iguales para todos, en función de cada una de las actividades y del mayor o menor riesgo que pueda implicar. A mayor riesgo, mayor responsabilidad y mayores controles.

Pero lo cierto es que ya no existe esa polarización entre minería sí o minería no. Hay una minoría que habla de minería no, sin importar ni razonar cuál es la la metodología o el cómo, y que están en contra. Y, por otro lado, hay una gran parte de la sociedad que sí quiere ampliar la matriz productiva de Mendoza.

- ¿Va a haber una política en ese sentido?

- Nuestra política es justamente ampliar esta matriz productiva con potencial, y digo con potencial, porque hay que explorar para convertir esa potencialidad en reservas comprobadas y monetizadas.

Ese potencial tiene que ver con un mineral crítico para la transición energética, que es el cobre. Sin cobre no hay posibilidad de transición energética, no hay posibilidad de electro movilidad, no hay posibilidad de almacenamiento de energías renovables, no hay posibilidad de electrificación.

Mendoza tiene un gran potencial en cobre. ¿Por qué digo potencial antes de que lo hayamos explotado? Porque basta con ver las formaciones y las vetas de Chile a la misma altura de Mendoza, para ver que tenemos o que podríamos tener la misma potencialidad.

Para poder estar seguros y atraer esas inversiones para explotar esa esa minería, primero que nada, necesitamos explorar, porque el explorar nos va a dar los resultados de qué es lo que hay y en qué estado se encuentra.

Porque no es lo mismo el cobre sulfurado que el oxidado. El cobre sulfurado lo podemos explotar sin necesidad de modificar la Ley 7722 porque no requiere ninguno de los químicos prohibidos por la ley, no hace falta hacer lixiviación.

Pero necesitamos explorar para ver que tenemos, cuánto tenemos, en qué estado lo tenemos, monetizarlo y poder salir a buscar las inversiones para que vengan y lo exploten. En esa primera fase es en donde estamos empezando a dar pasos más firmes, buscando inversiones para explorar.

La exploración es una actividad de altísimo riesgo, y cuando digo riesgo, vale la aclaración para los que escuchan solo una parte, porque es de altísimo riesgo empresarial y no ambiental. Cada diez exploraciones que se hacen una se convierte en explotación.

- ¿Este camino de las exploraciones es un camino largo o es un camino que si se activa es veloz?

- Si nosotros logramos hacer andar esa rueda y empezamos a encadenar proyectos de exploración, podemos tener resultados en el corto plazo. Con Cerro Amarillo, por ejemplo, podría tomar dos años la exploración.

Una vez que tenés la exploración con buenos resultados se empieza a explotar y a la vez se sigue explorando porque vas descubriendo para dónde sigue la veta y así ampliar el producto.

Ahora, recién cuando tengas los resultados de exploración, entonces salís a buscar los inversores para la explotación.

- ¿El caso de Hierro Indio todavía no tiene resultados concretos?

- Hierro Indio tuvo ya los primeros resultados, y ahora, lo que se está haciendo es ese estudio económico financiero para poder monetizar y entender cuál es la rentabilidad y la inversión necesaria para atraer los inversores de explotación.

- ¿Qué otro aspecto de la política energética, de tecnología de punta se puede explotar en Mendoza que todavía no está explotado? En algún momento se avanzó fuerte con todo lo que tiene que ver con la energía solar.

- Es que tenemos que entenderlo como caminos en simultáneo. Nosotros tenemos que terminar de explotar los recursos actuales, pero con la inteligencia y la planificación necesarios para aplicarlo a la matriz futura. Se trata de una transición: lo que tengo hoy, lo aplico inteligentemente mientras tanto voy caminando esos caminos en simultáneo.

Por ejemplo, nosotros ya sabemos cómo movernos y cómo explotar el petróleo convencional. Ahora la apuesta respecto al convencional, es terminar de sacar lo que queda y esto significa hacer recuperación secundaria y terciaria.

Para eso necesitamos empresas con estructuras más livianas que YPF para que les sea efectivamente rentable explotar en áreas marginales con este tipo de operaciones.

Como las que requieren la recuperación secundaria y terciaria, con inyección de polímeros, que hace más costoso el proceso y demanda un expertise determinado para este tipo de explotación

- ¿Es posible obtener más petróleo convencional entonces? ¿No se agotó todavía?

- Que un área petrolera sea madura no quiere decir que esté seca o que no tenga más para dar. Por un lado, tenemos que terminar de explotar las áreas marginales y sacar el recurso que tenemos y en simultáneo seguir avanzando hacia la instalación de más potencia fotovoltaica para tener energía solar.

Pero ahí tenemos dos o tres puntos críticos: capacidad de almacenamiento, electrificación, esto es inversión en redes de transporte, y además de eso, algo que no depende de Mendoza, que es la macroeconomía.

Me refiero a importación de insumos, tipo de cambio, más el precio de la energía, que tampoco depende de Mendoza, porque en realidad los proyectos fotovoltaicos que se contractualizaron en ese renovar del 2015 al 2019, después se discontinuaron por una falta de política del gobierno nacional y porque los precios de la energía se volvieron a congelar.

Esto provocó que quienes contractualizaron y tenían un precio para recuperar la inversión, para salir a instalar, prefirieron que les ejecutarán la garantías antes de ir a contractualizar y hacer toda la inversión, sin posibilidad recuperarla con tarifas planchadas.

- Prefirieron pagar la penalidad antes que hacer la obra.

- Sí, había gente que pedía que le ejecutaran la garantía del contrato. No querían hacer la inversión porque ya tenían encima una política de precios intervenidos porque se les encarecían los insumos, les costaba importar y no recuperaban la inversión.

Fijate que ahora todos critican el tema de la prórroga automática del contrato de gestión de energía de la presa Potrerillos, pero era imposible hacer otra cosa ante la ruptura de contratos, en las que no incurrió el Gobierno de Mendoza sino el Gobierno Nacional.

- ¿De qué manera se rompieron los contratos?

- Si el contrato dice que el recupero de la inversión tiene una fórmula y un plazo y le planchás los ingresos y bueno, estás rompiendo el contrato.

- Igual estaba prevista esa prórroga de la presa Potrerillos.

- Está prevista por un plazo de hasta 40 años y hasta que no alcancen el punto de equilibrio, o se recupere la inversión, pasan estas cosas.

- Me imagino que cambiar de administrador de la presa para salir a buscar uno nuevo hubiese sido más complejo que continuar con el que ya está.

- Es que el problema de salir a licitar nuevamente esto, es la incertidumbre que han generado los gobiernos nacionales en los últimos 20 años respecto de las políticas de mercado.

Y eso te pone ante un desafío muy grande porque, ¿cómo hacés para salir a buscar un inversor, ponerle un monto a esa inversión, generar una fórmula de recupero de la inversión, garantizarles una rentabilidad promedio y calcular las regalías de la Provincia, si no se puede fijar un precio?

- ¿Es un problema similar al que pasa con las tarifas de los servicios públicos, que se congelan y al final las empresas no reinvierten?

- Con la diferencia de que las tarifas de servicios públicos es un segmento regulado, que mal que mal, el Estado termina diciendo cuales son los costos regulatorios. En cambio, en el caso de la generación de energía, no es regulada, es precio, es mercado. Si intervenís y desvirtuás las señales de precio, adiós, se pierde toda referencia.

- Se habló mucho de diques en los últimos años y seguimos con los que tenemos. ¿Hay que hacer más embalses en Mendoza? Lo pregunto porque hay una comparación cada vez más recurrente de que San Juan ya construyó casi media docena de presas en las últimas dos décadas mientras nosotros no hemos hecho ninguna.

- Hace 30 años se perdió un ritmo de inversión en la construcción de presas hidroeléctricas, que venía siendo de cinco años a nivel país. Es decir, que cada cinco años se hacía y se terminaba una presa hidroeléctrica.

Es más, algunos de los complejos más grandes, como las que se empezaron en Río Gallegos, hablo de las represas como Condor Cliff que ahora se llama Néstor Kirchner, llevan más de 15 años en construcción y todavía no se terminaron. Todo ese auge de inversión en obras hidroeléctricas tuvo una ralentización en los últimos 20 años.

Nosotros tenemos proyectos en cartera en la provincia. Lamentablemente Portezuelo del Viento hubo que cerrar ese proceso licitatorio porque no se puede dejar un proceso administrativo abierto sine die (sin plazo), y sine die está la decisión de un gobierno nacional que se metió a desarchivar y a laudar sobre algo que ya había tenido estudios de impacto ambiental y que ya estaba laudado.

Lamentablemente, eso fue una decisión del gobierno nacional, la de paralizar, sin noticias hasta ahora, la obra de Portezuelo.

Pero hay otras obras como, por ejemplo, la presa de Uspallata, que vienen a completar toda una planificación, no tan solo de generación hidroeléctrica sino también de gestión del agua, que son necesarias para la provincia.

- Claro, porque la presa de Uspallata siempre se pensó para aliviar al dique Potrerillos, y alargar su prestación.

- Claro, y nunca se terminó eso. Potrerillos tiene 25 años y no se ha hecho Uspallata y el dique Potrerillos estuvo pensado y planificado como parte de un complejo, donde aguas arriba iba a haber otra presa.

Lo mismo con el proyecto de la presa de El Baqueano, en el complejo de diques del río Diamante. Entonces, hay otras presas para hacer que no tan solo son factibles, sino que además son necesarias.

- Hay un término muy utilizado en los últimos años que siempre está en el medio de la polémica: hablo del impacto ambiental, condición para cualquier tipo de proyectos, sobre todo los de envergadura. ¿El Estado está en condiciones de cumplir con los impactos ambientales? Porque a veces ocurre que desde el Estado se proponen normativas que luego cuesta poner en práctica como corresponde.

- Bueno, la verdad es que me enojan algunos comentarios como que no existe la minería sustentable porque siempre tiene impacto ambiental. ¡Y sí! Uno construye una casa y tiene impacto ambiental, abrimos una ruta y tiene impacto ambiental, los áridos que sacan de los cauces de los ríos producen un impacto ambiental.

Pero lo que las leyes prevén, en cuanto a los controles y a los criterios de afectación, es el menor impacto ambiental posible y la opción de reparación de ese impacto ambiental. La construcción de una empresa hidroeléctrica tiene un impacto ambiental y el desmonte para instalar un parque fotovoltaico también tiene impacto ambiental.

Entonces, esa radicalización de algunas posturas extremas romantizando el término de impacto ambiental y pretendiendo que no haya ninguna actividad, no tiene sentido. La actividad humana y cultural tiene impacto ambiental.

- ¿Pero el Estado está en condiciones de cumplir con esas diligencias de impacto ambiental?

- El Estado está en condiciones de analizar cuáles son los productos y los desarrollos que cumplen con los criterios de defensa del ambiente, evaluando el nivel de impacto ambiental, para poder determinar si es tolerable o no, si hay reparación o recuperación posible o no.

- ¿A dónde quieren llegar en este primer año de gobierno? ¿Qué objetivos persiguen?

- Primero que nada, en darle una coherencia de gestión y de planificación a la materia y gestión ambiental con el resto de las actividades productivas y que se deje de pensar en compartimentos estancos, pensando al ambiente por un lado y a las actividades productivas por el otro.

Eso ya no existe en ninguna parte del mundo. La economía no funciona así, el desarrollo no funciona así y la preservación del ambiente tampoco funciona así. Los conceptos de sostenibilidad integran, no tan solo la sustentabilidad ambiental sino la factibilidad y la sustentabilidad económica y el desarrollo social.

Tenemos que abrir un poco más la cabeza y empezar a pensar que este pensamiento de polarización de que las grandes empresas capitalistas vienen a hacer actividades extractivas sin importarles nada, no es así.

Las grandes empresas capitalistas tienen mercados mundiales y tienen financiación de esos mercados mundiales que hoy tienen como condición elemental el cumplimiento de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).

- ¿O sea, tenés una serie de requisitos de desarrollo sustentable que tenés que cumplir para poder acceder al mercado de capitales?

- Es que sí. De hecho, si nosotros no empezamos a cumplir esos estándares internacionales, no tan solo que vamos a estar dañando nuestro ambiente, lo que es gravísimo y nos preocupa, sino que, además, nos vamos a quedar afuera de cualquier tipo de mercado.

Y no solamente para exportar petróleo sino para exportar hasta una botella de vino o un lápiz porque nos van a subir las barreras arancelarias.

Porque ellos no van a estar incentivando que en sus países los inversores, los empresarios, los desarrollistas hagan inversiones en cumplimiento de estos objetivos y venga un país que descree, o no invierte, o no lo prioriza, y les coloque sus productos a precios más bajos. Vamos a toparnos con estas barreras arancelarias en el corto plazo si no cumplimos o si no nos adecuamos a esto.

De hecho, hay todo un mercado de bonos verdes que lo certifican, que lo que financian es la inversión en todas estas infraestructuras y estas tecnologías para poder lograr estos objetivos.

Pero hay una gran hipocresía cuando se toman posiciones en contra de estos temas, como la minería. A mí, la verdad es que me asombra ver la hipocresía con que algunos extremistas tuitean en contra de la minería desde los teléfonos celulares, cuando sin la minería esos teléfonos no existirían.

Fuente: MENDOZA POST/MINING PRESS

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