A un problema estructural como la escasez de dólares en nuestro país, se le presentó una solución estructural a partir del desarrollo de nuestras potencialidades energéticas.
El DNU de Javier Milei derogó leyes mineras y energéticas y ordenó la revisión de los subsidios al consumo de energía eléctrica y el gas natural. También se habilita la privatización de media docena de empresas públicas o con participación del Estado.
Hay consenso entre consultoras en que la actividad no resistirá a la histórica sequía y caerá en 2023. Sin embargo, energía y minería estiman que serán dos sectores dinámicos que podrán "divorciarse" y crecer.