Flavia Royon: Vaca Muerta, hidrógeno verde y minería
Para que esa mejora se concrete, obviamente, habrá que aguardar. “Hay que dejar de ser cortoplacista”, consideró precisamente la funcionaria, apuntando a que no solo debe llevarse a cabo lo que se puede inaugurar pronto.
“Esta obra tiene cuarenta y ocho meses de plazo de ejecución”, explicó, a la vez que detalló: “Es muy compleja desde lo técnico, debido a las condiciones geográficas de la región”.
Royon, más allá de la visita a Bariloche, dos días antes había estado en la provincia de Neuquén para la inauguración del oleoducto Sierras Blancas-Allen, una inversión liderada por Shell Argentina en asociación con PAE y Pluspetrol.
Ese ducto tiene como fin incrementar la capacidad de transporte de petróleo desde Vaca Muerta a las refinerías y destinos de exportación.
Justamente, aquel sitio, visto por muchos como la panacea, fue el punto de partida de un diálogo con la secretaria de Energía.
–¿Cómo explicaría lo que significará Vaca Muerta para Argentina en un lustro?
–Vaca Muerta, en cinco años, va a posibilitar que Argentina pueda tener una matriz energética a precio muy competitivo, porque el gas no solo va a los domicilios y a las industrias, sino que también se usa para generación de energía eléctrica. Eso va a ser muy relevante para el país. El sector energético tiene muy baja informalidad y crea puestos de trabajo con salarios superiores al promedio. Esto, sin duda, dinamizará la economía argentina, y posibilitará exportaciones y la generación de dólares genuinos para el país. Vaca Muerta será trascendental para la macroeconomía nacional, y también para posibilitar el desarrollo de la industria a través de una energía más competitiva, además de que todos los argentinos y argentinas tengan acceso a una energía a precio razonable.
–Usted tiene una diplomatura en Gestión Integral Minera, ¿verdad?
–Sí.
–Sabe que en la Patagonia la minería siempre es motivo de discusión. Principalmente, por la oposición de grupos ambientalistas y, también, de comunidades mapuches. ¿Qué opinión tiene de la explotación minera en la región?
–Creo que la minería ha ido cambiando. Hay que ser muy conscientes con el cuidado del medioambiente y el respeto hacia las comunidades. Más que discutir si minería sí o no, la discusión debería focalizarse en "minería cómo". La vida moderna no es viable sin minería. No podríamos tener celulares, autos ni ropa si no contáramos con la industria de los hidrocarburos y la industria minera. Conceptualmente, una y otra son similares. Se debe apuntar a cómo queremos hacer minería y cómo debe de hacerse, con parámetros de respeto. Primero, en lo que hace a la tecnología para el cuidado del medioambiente, y también en lo referido a las comunidades. En la Argentina los recursos pertenecen a las provincias, y es en el ámbito provincial donde se deben dar estar discusiones. Pero yo estoy convencida de que la minería en la Argentina es parte de la solución a los problemas macroeconómicos del país, porque permite generar exportaciones que no están vinculadas directamente al costo de vida argentino, porque no es como la situación del campo, por ejemplo, donde cualquier variación, devaluación o precio internacional se traslada a la mesa de la gente. La minería, como puede ser el cobre, el oro, la plata, el litio, no tiene esa situación, por lo que podría, como sucede en Chile, reforzar nuestras exportaciones, diversificarlas, y posibilitar un desarrollo del país. Eso tiene una importancia fundamental. Después, existen numerosas muestras de tecnología desarrollada para poder hacer una minería de manera responsable y con altos estándares de cuidado medioambiental. Si bien Argentina, con respecto a otros países, muestra gran atraso en el desarrollo minero, la parte positiva es que puede entrar con una tecnología mucho más desarrollada.
–Lo dice en comparación con la que utilizan en otros lados, porque se trataría de tecnología nueva…
–Exactamente. La actual no es la minería que se llevaba adelante en los años setenta. Hay mucha tecnología, y también conciencia medioambiental.
–¿Existen métodos para evitar los riesgos que se corrían en el pasado con la explotación minera?
–Sí. Creo, también, que Argentina quizá no tiene en su historia mucha cultura minera, pero la minería hay que empezar a analizarla con números reales, en cuanto a, por ejemplo, el agua que usa, ya que utiliza menos que otro tipo de actividades y, además, se trata de agua no apta para el consumo. Argentina, como ha demostrado con la actividad petrolera, puede llevar adelante cuestiones de este tipo sin accidentes medioambientales. El lado optimista es que Argentina puede ingresar a una era de desarrollo minero con tecnología y con mayor conciencia sustentable medioambiental y de respeto a las comunidades.
–Por lo que expresa, ve a la minería como una opción a profundizar.
–Totalmente. En la actualidad, la transición energética demanda muchos más metales de los que demandaban los sistemas energéticos basados en el carbón o en los combustibles. O sea, hoy, un auto eléctrico necesita cinco veces más cobre. Hay más demanda de plata, níquel, litio… Y Argentina tiene todo eso. Se cuenta con una gran oportunidad. El ochenta por ciento del territorio nacional no está explorado. Chile, con quien compartimos la cordillera, exporta diecisiete veces más que nosotros.
–En lo que hace al hidrógeno verde, que en Río Negro muchos observan como un faro a seguir, ¿qué importancia puede llegar a tener para la Argentina en general y para la provincia en particular?
–Mucha. Creo que el hidrógeno va a llegar antes de lo que imaginamos. Es un tema obligado en las agendas internacionales, y Argentina tiene muchas ventajas comparativas para desarrollarlo, porque cuenta con un potencial enorme en energías renovables. El norte del país es uno de los mejores lugares del mundo para hacer energía solar; el sur, para la energía eólica.
–A nivel internacional, ¿realmente es un tema del que se habla?
–Sí, está presente en la agenda. Hace poco estuvo en el país el canciller de Alemania, Olaf Scholz, y se habló, primero, del tema del gas, y, para mediano plazo, del hidrógeno
–¿Cómo calificaría, en materia de energía, la relación entre la gestión nacional y la rionegrina?
–Yo asumí en agosto de 2022. Provengo de Salta. Tengo una mirada muy cercana hacia mis compañeros de las provincias. Particularmente, Río Negro siempre ha tenido una agenda muy activa, y proactiva, en materia energética. Por ejemplo, llevó adelante su plan de desarrollo del hidrógeno. Hemos tenido, también, una labor conjunta con los desarrollos de energía eléctrica. Nuestro trabajo es muy articulado con las provincias. De hecho, Nación tiene una apuesta muy importante en Neuquén, con la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, afrontada por el Estado nacional, con recursos del Tesoro. Una obra que posibilitará que esa provincia pueda tener regalías por muchos millones de dólares, más la generación de puestos de trabajo. La mirada y el corazón están puestos en el territorio federal.
–Teniendo en cuenta los problemas que afronta Argentina, pero, a la vez, con la certeza que conforman los recursos naturales del país, ¿cómo es ser secretaria de Energía de la Nación?
–Desafiante.
Fuente: elcordillerano.com.ar