Zambianización: el proceso que transformó a las comunidades de este país africano. Las lecciones para Argentina

A Zambia le llevó cerca de dos décadas construir un modelo de formación, empleo y desarrollo comunitario para transformar su minería en un verdadero motor social. Hoy, el 96% de los trabajadores de First Quantum Minerals, empresa que también lidera el proyecto Taca Taca en Salta, son locales. Conocé más sobre esta experiencia que deja lecciones valiosas para el norte argentino.
Kansanshi S3

Zambia es uno de los países con mayor tradición minera de África. Desde 1920, la actividad cuprífera, entonces operada casi exclusivamente por técnicos y empresas extranjeras, moldeó su economía, sus ciudades y su identidad. Mientras tanto, miles de familias de las comunidades cercanas veían pasar esa actividad sin participar realmente de su corazón productivo.

Esa realidad comenzó a transformarse hacia fines de los años 70, cuando el país decidió encarar un proceso profundo y sostenido conocido como “zambianización”. Una decisión estratégica que integró políticas públicas, acuerdos empresariales y un claro objetivo común: que los zambianos ocuparan cada vez más roles dentro de la industria, desde los puestos operativos hasta los más técnicos y gerenciales. No fue un programa improvisado ni de corto plazo, les llevó entre quince y veinte años consolidarlo, y los resultados hoy son visibles.

La historia sobre este programa fue compartida en una reunión exclusiva de la que participó Minería Sustentable con Kakenenwa Muyangwa, CEO de ZCCM-IH, la compañía estatal que posee el 20% de Kansanshi, la mina de cobre operada por First Quantum Minerals en el país. Muyangwa explicó cómo Zambia fue construyendo, paso a paso, un modelo donde la educación, la capacitación y el orgullo comunitario se convirtieron en la base de una industria que hoy es conducida por su propia gente.

Con el paso de los años, el país desarrolló un ecosistema completo que combinó educación técnica, capacitación en oficios, formación universitaria y entrenamiento dentro de las propias empresas. Esa apertura permitió que el conocimiento dejara de ser algo importado para convertirse en un capital que circula dentro de las comunidades, generando sentido de pertenencia, oportunidades y movilidad social.

Los resultados son elocuentes. En compañías como First Quantum Minerals (FQM), empresa que tiene a su cargo el proyecto Taca Taca en Salta, hoy el 96% de sus trabajadores en Zambia son locales. Y no solo operadores, sino también supervisores, técnicos y profesionales de distintas áreas. Lo que comenzó como una estrategia de largo plazo terminó convirtiéndose en un ejemplo de cómo una industria puede integrarse con la realidad comunitaria y potenciarla.

Una oportunidad para pensar el desarrollo del norte argentino
La experiencia de Zambia no es solo una historia internacional: ofrece una lectura muy actual para la Argentina y, en particular, para el NOA. Salta, Catamarca y Jujuy, que están atravesando un momento histórico, con proyectos mineros de escala mundial que demandarán miles de trabajadores capacitados y una red creciente de proveedores.

El norte argentino ya está dando pasos importantes: se fortalecieron instituciones técnicas, se crearon centros de formación minera, muchas empresas comenzaron a capacitar a jóvenes de la región y cada vez son más los proveedores locales, pero los desafíos siguen siendo enormes.

La experiencia de FQM en Zambia muestra que, cuando la educación, el empleo local y el desarrollo comunitario se vuelven prioridades reales, la minería puede ser un motor transformador. Y esa misma lógica puede replicarse en Taca Taca, uno de los proyectos de cobre más importantes que tendrá la Argentina en los próximos años.

Para ello es necesario continuar trabajando activamente para la construcción de una fuerza laboral local sólida y preparada. Zambia demuestra que ese objetivo no se alcanza de un día para el otro, sino a partir de un trabajo conjunto a largo plazo de gobiernos, empresas, escuelas técnicas, universidades y comunidades.

Es un proceso largo, pero es también una oportunidad histórica para el NOA. En Zambia ya se demostró que es posible. Ahora es tiempo de que la región piense su propia versión de este camino, impulse a las comunidades, forme talento local y transforme a la minería en un verdadero proyecto de futuro.

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