Michael Meding: "Argentina tiene la misma cordillera que Chile, no hay que ser geólogo para ver una oportunidad enorme"

El CEO de Los Azules y vicepresidente de McEwen Copper, destacó el rol de la minería al formar parte del tercer panel de la Cita de CEOs de Ámbito Debate.
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El CEO de Los Azules y vicepresidente de McEwen Copper, Michael Meding, puso el foco en la importancia de la minería y la oportunidad que representa para Argentina, al formar parte del tercer panel de la Cita de CEOs de Ámbito Debate.

En el evento, moderado por el editor de Ámbito y de Energy Report, Sebastián D. Penelli, Meding explicó que Los Azules “es parte de la empresa McEwen Copper, que se dedica al desarrollo de proyectos mineros de cobre y es número 8 a nivel mundial en términos de recursos”.

Sobre su operativa en el país, apuntó que busca tener “la primera mina de cobre basada en principios regenerativos y la primera en Argentina que fabrica placas de cobre directamente industrializable, a una escala que sería Top 30 en términos de producción a nivel mundial”.

Si bien aclaró que el proyecto en San Juan está “en etapa de factibilidad”, cuyo resultado estará antes de mediados del año que viene, expresó: “Estamos aspirando a una producción anual nominal de 180.000 toneladas, que sería 1,7 mil millones de dólares de exportación”.

“Queremos abastecer el mercado interno de Argentina, lo que es totalmente factible, para dar soberanía en términos de material crítico para desarrollo industrial del país”, expresó.

Argentina y una oportunidad en espejo con Chile

Meding señaló que entre Chile y Perú abarcan el 40% de la producción mundial de cobre y cuestionó: “Argentina tiene la misma cordillera que Chile y no produce nada. No hay que ser geólogo para decir que hay una oportunidad enorme”.

“Eso se ve reflejado en los proyectos que tenemos en el sector minero para el cobre, como Taca Taca en Salta, Josemaría, El Pachón y Altar. San Juan es el polo de desarrollo de cobre y hay una oportunidad enorme de que en términos mineros en los próximos diez años pueden hacer una contribución muy grande a la producción de cobre, que va a tener un déficit importante en esa década”, advirtió.

En ese sentido, recordó que “eso puede transformar economías regionales y va a beneficiar a esas provincias y otras que aportan mucha mano de obra”.

Los Azules y un modelo de “cobre verde”

A su vez, el referente de Los Azules destacó que el proyecto en suelo argentino apunta a la extracción de “cobre verde”. “Esto va desde la elección de la planta, porque podríamos haber optado por una convencional pero elegimos una que tiene una huella ambiental más pequeña”, contó y agregó que el proceso productivo elegido “usa una octava parte del agua que una empresa comparable”.

“Hacemos un pozo de 2.4 por 4.2 kilómetros de tamaño, vamos a tener impacto”, reconoció Meding, pero llamó a “incorporar elementos que nos permitan ser una empresa neutra en emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI)”.

“Queremos implementar un cuidado medioambiental para mitigar en el mismo sitio y tener mayor biodiversidad y posibilidad de que especies se desarrollen. Queremos ser un buen vecino y que digan que somos un ejemplo de cómo se debería hacer minería”, confió sobre su visión.

Un cambio en el clima de negocios

Meding ilustró con una frase los últimos pasos que dio el gobierno. “El año pasado me decían ‘Qué lindo proyecto, que lastima que es en Argentina’. En los últimos meses me dicen ‘qué interesante, está en Argentina’. Hoy no existe ninguna empresa minera grande que no esté con alguna inversión en el país”, valoró.

Al ser consultado por el RIGI, afirmó que “claramente es un primer paso en el camino indicado, pero uno tiene que preguntarse por qué necesitamos una ley que está intentando alentar la inversión cuando Argentina debería ser competitiva por sí misma”.

“Es una ley versus décadas de promesas incumplidas. La confianza se gana en gramos y se pierde en kilos. Necesitamos mostrar que estamos en camino y se puede confiar”, interpretó.

Sobre estas complicaciones, comparó: “Si quiero perforar, el metro me cuesta 600 dólares. Si hago lo mismo en Canadá, me cuesta 200, una tercera parte. Es un conjunto entre impuestos, problemas a la importación y logística porque allí el tren llega a la planta de procesos y aquí tenemos que financiar nuestros propios procesos”.

Fuente: Ámbito

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