Preocupación de la Pastoral Social por los hechos de violencia en Peñas Negras
En el texto remarcaron que la violencia no es el camino que se debe seguir y pidieron "diálogo" para solucionar el conflicto entre pueblos originarios y empresas mineras.
"El día once de abril nuestra comunidad catamarqueña fue sorprendida por hechos de violencia policial contra pobladores-algunos de ellos de avanzada edad-de la comunidad originaria de Peñas Negras–Aguas Calientes situada al norte del departamento Belén. Las serranías del epicentro del conflicto empresa minera-comunidad originaria, además de que dispone de pasturas naturales para la alimentación del ganado de propiedad de los lugareños, cuenta con expectantes riquezas mineras.
Los hechos de violencia desatados en Peñas Negras constituyen un palmario indicador del fracaso del diálogo o del no diálogo entre las partes involucradas.
Lo que produce estupor en los hechos de violencia de Peñas Negras es la elevada asimetría de las fuerzas en disputa entre los representantes del Estado y la pequeña comunidad originaria. Preocupa también que no se haya escuchado oportunamente los reclamos de los pobladores y que se viera vulnerada la seguridad y dignidad de los ciudadanos de nuestro interior provincial.
Por los motivos precedentemente señalados nos solidarizamos con los hermanos catamarqueños afectados por los hechos de violencia contra la comunidad originaria de Aguas Negras–Aguas Calientes.
Para un desarrollo minero responsable con el ambiente y la dignidad humana de los pobladores el ejercicio de la violencia no es el camino para recorrer, en cambio, resulta más constructivo el diálogo basado en el respeto a los intereses ancestrales de las comunidades originarias.
Por otra parte, vemos como medida saludable para desactivar el conflicto que desde el Ministerio de Minería se haya solicitado a la empresa minera que trabajaba en la zona de Peñas Negras–Aguas Calientes el retiro y cese de actividades en el territorio de conflicto hasta que los proyectos mineros cuenten con el aval y la licencia social de la comunidad originaria.
Finalmente, con el objetivo de que prevalezca la paz y armonía en nuestro querido territorio catamarqueño resulta necesario no legitimar la violencia, en cualquiera de sus formas, en cualquier ámbito, o como medio de imponer el desarrollo de una actividad productiva. El diálogo mesurado, abierto, franco y fecundo es el camino para resolver las controversias y diferencias de intereses".
Fuente: El Ancasti