Litio chileno: gobernanza frágil y conflictos de propiedad frenan nuevos proyectos



La estrategia nacional del litio en Chile enfrenta problemas de gobernanza, conflictos entre propietarios de concesiones mineras y dificultades técnicas que podrían frenar el desarrollo de proyectos de empresas estatales y privadas en los salares del país.
El doctor en química y CEO de la empresa chilena de ingeniería e innovación Lithiuming, quien ha trabajado en SQM Salar, diseñado procesos de extracción de litio desde salmueras y asesorado a entidades multinacionales en temas como recuperación de aguas de procesos y energías limpias, nos profundiza en los desafíos del sector en esta entrevista con BNamericas.
BNamericas: ¿Crees que la estrategia nacional del litio seguirá su curso durante el próximo gobierno?
Alfaro: Se han realizado gastos innecesarios en la estrategia del litio. Se formó el Instituto de Tecnologías Limpias (ITL) en la ciudad de Antofagasta con recursos de Corfo [agencia estatal] por alrededor de US$120 millones, pero están enfocados en buscar soluciones de reciclaje para baterías de litio y en revisar proyectos para universidades e institutos. No están invirtiendo en infraestructura, laboratorios o realizando investigación propia. También se creó el Instituto Nacional de Litio y Salares con fondos estatales, que por lo menos está instalado en laboratorios de la Universidad de Atacama y Universidad de Antofagasta.
BNamericas: ¿Qué opinas de los salares priorizados que reservó el gobierno para el sector privado?
Alfaro: Hay salares muy complejos. En Quillagua existen sistemas de evaporita que son muy difíciles de recuperar litio y aparte, es una de las zonas más áridas del mundo y está al lado de Puquios [humedales] que pertenecen a SQM y están bajo protección. Por lo tanto, desarrollar un proyecto y conseguir financiamiento para Quillagua será un desafío, ya que no es igual al Salar de Maricunga o al Salar de Ascotán, que son más factibles de desarrollar.
Además, habrá que resolver la situación de los propietarios de concesiones mineras que están en Quillagua, al igual que en otros salares priorizados, y también hay que realizar muchos estudios. Varios sistemas salinos contienen, aparte de litio, otros metales y pueden ser polimetálicos.
BNamericas: ¿Lithiuming ha estudiado alguno de los salares priorizados?
Alfaro: Al igual que Quillagua, también analizamos el Salar Ascotán, donde las compañías Eramet y Quiborax son socios y tienen propiedades. Quiborax por mucho tiempo sacó ulexita desde Ascotán para suministrar su planta de boratos.
BNamericas: ¿Qué salares presentan conflictos o podrían ver interrumpidos los desarrollos de sus proyectos?
Alfaro: En Maricunga, aparte de la sociedad Codelco-Rio Tinto que quieren desarrollar un proyecto allí, existen entre 20 y 40 propietarios, incluido el Grupo Errázuriz, que quieren hacer valer su derecho. No será fácil destrabar la explotación.
Codelco pagó alrededor de US$200 millones a una empresa [Lithium Power] para quedarse con las 5.000 hectáreas del proyecto Salar Blanco y sumarlas a sus propias 5.000 hectáreas y a las 5.000 hectáreas de SQM. La adquisición era esencial para armar el proyecto, porque así se cumplía con la exigencia del gobierno de tener un porcentaje mínimo (80%) en el polígono de Maricunga.
Sin embargo, ese salar tiene una superficie mucho más amplia y es muy probable que los demás propietarios inicien juicios en contra de Codelco y Rio Tinto. Lo mismo ocurre en el proyecto Salares Altoandinos de Enami y Rio Tinto, que ya enfrenta demandas de parte de otros propietarios en la zona. La definición de los derechos de propiedad es un tema que requiere una pronta solución.
BNamericas: ¿Qué te parece que las dos empresas estatales (Codelco y Enami) hayan elegido a Rio Tinto en sus procesos de búsqueda de socios para formar asociaciones público-privadas y desarrollar sus proyectos de litio?
Alfaro: No me parece bien. Enami debería haberse aliado con Eramet, cuya empresa ha demandado a Enami porque tiene propiedades que corresponden al proyecto Salares Altoandinos, por los cuales pagó unos US$100 millones a la familia Vecchiola.
Probablemente se unió a Rio Tinto por financiamiento, ya que uno de los dueños de Eramet es el Estado de Francia. Nosotros quedamos entre las 30 empresas seleccionadas por Enami para elegir una tecnología de extracción, pero al final eligieron a empresas con mayor respaldo económico. No se consideró nuestra experiencia técnica, incluida una planta para realizar pruebas de pilotaje en Santiago.
En la estrategia nacional del litio falta un enfoque integral que incluya a todos los actores. Se requiere una gobernanza adecuada para coordinar todos los trabajos necesarios entre el Estado, gobierno, empresas, universidades, expertos técnicos y comunidades. Falta tener una visión-país, más allá de una visión a corto plazo.
BNamericas: ¿Qué potencial tiene el proyecto Salares Altoandinos?
Alfaro: Enami ha planteado un potencial de producción entre 40.000 y 70.000t/a, pero el proyecto comprende salares pequeños, aptos para una capacidad de entre 7.000 y 12.000t/a. Salares Altoandinos abarca alrededor de 60 hectáreas, mientras la operación en Salar de Atacama tiene 3.200 hectáreas y Maricunga tiene 1.200 hectáreas.
Enami pidió un aporte a Rio Tinto de US$420 millones, que no será suficiente para cubrir la construcción de una planta, que para una capacidad de 20.000t/a de carbonato de litio cuesta entre US$800 millones a US$1.500 millones.
BNamericas: ¿Por qué las iniciativas Salares Altoandinos y Maricunga han logrado avanzar en este gobierno, mientras proyectos de empresas privadas como Simco o CleanTech siguen estancados?
Alfaro: El proyecto de CleanTech, Laguna Verde, comprende propiedades de otra empresa [Llamara Group] que ya se adjudicó una concesión minera para el sector de Llamara Norte. Hemos trabajado con CleanTech y fuimos testigos de cómo apostó todas sus fichas en Laguna Verde, pero pese a que tienen una planta piloto en Copiapó y han invertido en mucha investigación, no han logrado avanzar. Es probable que el gobierno realice una licitación para Laguna Verde, porque el vecino también quiere adjudicarse un contrato por esa zona.
La sociedad entre Simco y Grupo Errázuriz tiene concesiones hace años en el Salar de Maricunga, aunque no tiene un contrato con el Estado, por lo tanto, legalmente no puede avanzar con la explotación. Errázuriz ha querido vender sus propiedades a Codelco, pero sin éxito hasta el momento. En resumen, son pocos los proyectos que pueden avanzar.
BNamericas: ¿Cuáles tienen probabilidades de avanzar?
Alfaro: En Ascotán hay más claridad. También la canadiense Wealth Minerals tiene un proyecto interesante en el salar de Ollagüe e hicieron un convenio con una comunidad indígena para darles el 5% de los ingresos. Es la única empresa que ha hecho este tipo de acuerdo en Chile. Sin embargo, no les han dado el contrato, porque la mitad de Ollagüe es de Codelco y la empresa estatal no ha querido asociarse con ellos.
Al igual que CleanTech, Wealth Minerals ha invertido mucho en estudios y relacionamiento comunitario. Ambos están probando tecnologías interesantes, pero en la medida que va pasando el tiempo, las tecnologías se vuelven obsoletas o van cambiando y el proceso se pone más costoso.
BNamericas: Analistas de mercado anticipan un repunte en el precio del litio hacia 2030. ¿Compartes esta perspectiva?
Alfaro: Sí, el litio es un material que seguirá usándose en el futuro. Europa planteó que para 2035 no venderá más vehículos a combustión, sino que solo vehículos eléctricos o híbridos.
No creo que el precio vaya a ser igual al registrado hace cuatro o tres años atrás, en alrededor de US$60.000 la tonelada de carbonato de litio, pero el costo de producción de litio de salmuera en Chile es atractivo y debe estar en torno a los US$6.000 y US$7.000 la tonelada, lo que es bastante bajo, considerando un precio de US$11.500 la tonelada.
Chile y Argentina están en el rango de bajos costos, en comparación con Australia, cuya industria basada en espodumeno posee un costo de alrededor de US$10.500. Como el litio está en varios otros lugares, lo que finalmente importa es cuánto vale producir.
BNamericas: ¿Qué tan sustentables son las tecnologías de extracción directa?
Alfaro: Son la única opción, porque el gran problema de los salares es la falta de recurso hídrico en sus alrededores. Entonces, la única manera de explotar es con tecnologías de extracción directa. Nosotros estamos analizando un proceso que permite sacar el máximo de agua de la salmuera y concentrar mejor las soluciones.
Ascotán, por ejemplo, tiene una concentración entre 150 y 120ppm a nivel superficial y para llegar al nivel necesario para producir carbonato de 10.000ppm, la cantidad de agua que tendría que evaporarse es inmensa. Por eso, se requieren procesos efectivos.
BNamericas: ¿Existe una oportunidad para Chile en agregación de valor del litio?
Alfaro: Hacer baterías de litio en Chile no es conveniente, porque la fabricación debe estar cerca de donde se ensamblan los vehículos. Además, las baterías solo tienen un 8% de litio y requieren grafito, que no está disponible en Chile. Anteriormente se otorgaron proyectos a dos empresas chinas para instalar plantas de fabricación de cátodos, pero desecharon la posibilidad porque no era negocio fabricar acá y enviarlos a China.
Sin embargo, el litio tiene muchos usos y sería conveniente investigar otras opciones, ya sea en el área farmacéutica o para su uso en aceites, ya que el litio permite captar mucha temperatura.
Fuente: BNamericas


























