Las baterías de Tesla y el litio catamarqueño

Secretos empresarios
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Silvia Naishtat

Cuando el litio solo estaba relacionado con la salud humana para tratar a las personas bi polares, una compañía de Estados Unidos puso proa a Catamarca e inició en 1998 su primera explotación en el Salar del Hombre Muerto, en la localidad de Antofagasta de la Sierra y a más de 4.000 metros de altura. La operación arrancó bajo el nombre de FMC-Minera del Altiplano que luego se escindió y hoy es Livent Corporation que cotiza en Wall Street. Emplea a 1.500 personas y obtiene un carbonato y cloruro de litio de alta calidad gracias a un sofisticado sistema propio de alta tecnología que permite realizar un proceso que deriva en un 99% de pureza. Sus principales clientes son Tesla de Elon Musk y BMW. Al compás del reemplazo de los combustibles fósiles en los autos, Livent ampliará su capacidad productiva con el llamado Proyecto Fénix en el Salar del Hombre Muerto y agregará otras 20.000 toneladas. “Luego de esta expansión, que se espera que esté completa antes de fines de 2025, las operaciones de Livent en Argentina tendrán una capacidad total anual de carbonato de litio de 60.000 toneladas y 9.000 toneladas de cloruro de litio”, señalan en la empresa. La inversión es de US$1.100 millones y ya han desembolsado US$645 millones.

Ante la resistencia a la exploración petrolera off shore en Mar del Plata, la industria difundió un estudio acerca del impacto económico de eventuales descubrimientos hidrocarburíferos en las Cuencas Argentina Norte y Malvinas Oeste. Aseguran que podría tener un impacto económico equivalente al 3,6% del PBI en los años de mayor nivel de producción y exportación del recurso, con su beneficio en la balanza comercial, la generación de empleo y el desarrollo de otros sectores productivos.El trabajo se llama Impacto Económico del Desarrollo Hidrocarburífero Costa Afuera en Argentina que elaboró la consultora Ecolatina. En el caso de la Cuenca Argentina Norte se estimó que el crecimiento del PBI oscilaría entre el 0,24% en caso de un descubrimiento y 1,88% en el ejercicio máximo de 10 descubrimientos, en el promedio del desarrollo total, mientras que en el año puntual de mayor nivel de producción y ventas, el PBI crecería entre 0,36% y 3,61% extra gracias a estos desarrollos. Arriesgan que podrían crearse entre 27.000 y 212.000 puestos de trabajo promedio mantenidos entre directo, indirecto e inducido según la cantidad de descubrimientos en explotación. En cuanto a las exportaciones, Ecolatina afirma que en el caso de un solo descubrimiento implicaría exportaciones totales por US$44.708 millones.

Pablo Pererira, ingeniero electrónico egresado de la UBA, está al frente desde hace varios años de NTT, la high tech de capitales japoneses que abarca la amplia gama de servicios. Uno de sus proyectos más desafiantes fueron las historias clínicas digitales que implementó la provincia de Córdoba, además de los cambios de plataformas tecnológicas en petroleras como YPF, PAE y Toyota. Cuando se le consulta a Pereira qué dicen sus accionistas japoneses frente a la volatilidad argentina, suelta: “Lo que nubla la foto es la inflación”.

En lo que es un proyecto inédito y con el propósito de acceso a la educación superior, el último 14 de julio se inauguró un centro universitario en el departamento de Lavalle, Mendoza. Por iniciativa de la Universidad Siglo 21, a través de una alianza con la Fundación SiMas, se creó el Centro de Apoyo Universitario para la comunidad originaria Huarpe Paula Guaquinchay. El espacio será un punto digital, equipado con herramientas técnicas y conectividad para que sus miembros puedan transitar el camino de formación hacia el título universitario y convertirse en profesionales con becas completas. El departamento de Lavalle se ubica en el noreste de Mendoza. Tiene tierras áridas conocidas como “secano” donde habitan las Comunidades Originarias de Los Huarpes. Este centro se suma al de la localidad de Abra Pampa, en la Puna Jujeña, inaugurado hace ya 10 años para acompañar a la comunidad Warmi Huasi Yachana.

Rizobacter, del grupo Bioceres, inviertió US$ 5 millones en una planta de biológicos para el agro ubicada en Pergamino sede de la compañía. La empresa prevé una mayor expansión por el aumento de la demanda de productos biológicos, que registra una tasa de crecimiento del 15 % anual. La capacidad instalada de la planta de biológicos, desde donde se abastece a más de 40 países, es de 90 mil litros y con la ampliación se aspira a sumar 30 mil litros, lo cual permitiría producir hasta 35 millones de dosis al año. La otra novedad es la planta que está construyendo en Londrina, Brasil con el desembolso de US$ 10 millones. Se destinará a la elaboración de adyuvantes agrícolas premium, tecnologías diferenciadas que buscan agregar valor al negocio agrícola mejorando parámetros productivos y ambientales. En Brasil piensan alcanzar US$ 40 millones de facturación en 2023

Fuente: Clarín

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